• Evolución del sueño desde el primer mes a los tres meses de edad

    El lactante desde el mes a los tres meses de edad:
    El estado neuroconductual del lactante se puede clasificar:
    1. Sueño tranquilo: Caracterizado por una respiración regular sin movimientos espontáneos, ni succión.
    2. Sueño ligero superficial): Respiración irregular, movimientos espontáneos,  movimientos de succión ocasionales.
    3.   Transición – somnoliento: Mirada poco precisa y de admiración, actividad variable,      reacción tardía a estímulos.
    4.  Consciente -  alerta: Mirada viva, reacción enfocada a los estímulos, actividad espontánea  mínima.
    5.  Consciente – hiperactivo:  Expresión vocal desorganizada, muy reactivo a estímulos, está perfectamente despierto, tiene mayor actividad motora y a veces llora.
    6. Llanto: Llanto y grito sostenido e intenso, mayor actividad motora, reacción no focalizada a estímulos.
    Hacia los dos meses de edad se comienza a establecer el ritmo nictameral.
    A los 3 meses de edad es cuando se organiza el sueño NREM coincidiendo con el desarrollo de los hemisferios cerebrales,  el  70% de los niños tienen un período de 5 horas de sueño nocturno. Al mismo tiempo el cerebro del niño inicia el ritmo circadiano de liberación  de cortisol y melatonina (Ohn Garcia; 2001).
    A estas edades desaparece el trazado alternante del EEG y aparecen los husos.
    El sueño se inicia en fase REM que ocupa el 40 % del sueño total.
    Antes de los  3 – 6 meses son muy raros los arousal o microdespertares sin movimientos corporales a diferencia de lo que ocurre en los adultos pero son muy frecuentes breves despertares durante el sueño los 2 primeros meses de vida.
    Durante los  primeros 3 meses el adormecimiento nocturno se produce generalmente con facilidad,  pero a partir de esta edad se observa cierta dificultad en alcanzarlo; quizás relacionado con el deseo de relación con el entorno.
    Hacia los 3 meses de edad la maduración de los sistemas  de control  produce una distribución casi estable de los periodos de sueño y vigilia diurnos de tal forma, que los patrones diurnos están relativamente bien establecidos hacia las 12-16 semanas de vida. Tanto el tiempo despierto como la duración de los períodos de vigilia se doblan desde el nacimiento hasta los 3 meses de edad en los RN a término. Antes de los tres meses de edad el estado de vigilia puede ser alterado por las condiciones ambientales, lo que sugiere que el despertar todavía no posee los mecanismos de autorregulación que posee el sueño.
    Existe una diferenciación clara de esta periodicidad diurna en el 66 % de los bebés durante la quinta semana y un 98 % de la diferenciación durante la duodécima semana
    El tiempo total de sueño se incrementa de aproximadamente 8.3 h – 9 h en la semana octava a 10 horas  en la semana 24 permaneciendo a este nivel a lo largo del primer año.
    El periodo de sueño más largo se incrementa a una media de 430 minutos a la semana 20 y se mantiene a este nivel a partir de este punto.
    El tiempo de vigilia durante la noche se mantiene persistente en un 6 %.
    De la semana 10 a la 12 se aprecia un periodo crítico de reorganización  en el que el comportamiento del sueño infantil adquiere formas más maduras con significativos cambios del patrón de sueño.
    Las horas totales de sueño disminuyen progresivamente siendo de alrededor de 14 a 15 h a las 16 semanas de vida y 13 a 14 h hacia  los 6 u 8 meses.
    La mayoría de bebés sanos  pueden dormir durante 12 horas por la noche al llegar a la edad de tres meses.

    BIBLIOGRAFÍA

    - Ohn Garcia, Gerald Rosen, Mark Mahowald. Circadian Rhythms and Circadian  Rhythm Disorders in Children and Adolescents. Seminars in Pediatric Neurology, Vol 8 , N 4, 2001: pp 229-240.