• Periodo sensorio-motor del desarrollo cognitivo en la infancia

    Desarrollo Cognitivo (Piaget, 1.964)
    La etapa más receptiva del niño, aquella en la que se lleva a cabo la mayor parte del “moldeado” de la mente se extiende desde el nacimiento hasta los 4 años, manteniéndose un buen nivel de receptividad hasta los 7 años, con descenso progresivo posterior. Los logros, a cualquier edad, van a guardar una muy estrecha relación con las solicitaciones del medio. El desarrollo de la inteligencia depende de los aprendizajes que requieren, esencialmente, como componentes la atención, el procesamiento de la información, y la memoria que incluye la codificación y recuperación de la información. El desarrollo intelectual se exterioriza por las capacidades progresivas de comprender, razonar y formular juicios. Hay evidencia de que el niño, en el periodo neonatal presta ya atención a las modificaciones del medio; el recién nacido, mientras mama o succiona, el biberón o el chupete, si es sometido a una serie de sonidos uniformes no modifica el ritmo de succión pero si, bruscamente, se modifica el sonido, se observa un cambio en el ritmo de succión, que incrementa su frecuencia y vigor, y cambia también el ritmo cardiaco que se acelera.  Muchas teorías se han formulado para explicar el desarrollo cognitivo del niño. Las hipótesis mas convincentes, y prácticas sobre el desarrollo de las funciones cognitivas -si basamos en ella la estimulación a realizar en cualquier niño con un trastorno- son las aportadas por la escuela de Piaget. Para Piaget la inteligencia tiene un papel central en los procesos psíquicos y existe una correlación total entre los procesos superiores y la organización biológica. El organismo es esencialmente activo y es a partir de esta actividad como va construyendo sus propias estructuras tanto biológicas como mentales. A partir de cada estructura se llega a otra hasta alcanzar los estadios terminales. Se distinguen inicialmente dos grandes periodos, el sensorio-motor y el representativo.
    1. Periodo Sensorio-motor. Se extiende hasta los 2 años. El niño al nacer dispone solo de un limitado número de respuestas reflejas que se irán diferenciando progresivamente en un número creciente de esquemas, o conductas estructuradas susceptibles de repetirse en condiciones parecidas, que constituyen la base de la capacidad de acción del organismo. El desarrollo de estos esquemas va a transformar al neonato en un sujeto con autonomía locomotriz-manipulativa, con capacidad representativa simbólico-lingüística y con esquemas practognosicos elementales. La primera parte de este periodo está dominado por el desarrollo de la prensión-manipulación y durante él y a través de las reacciones circulares, repeticiones constantes, el niño acopla sus percepciones y acciones, llegando a asimilar las reacciones de “permanencia de objeto” (aparta lo que tapa al objeto o juguete que ha desaparecido de su vista), “causa-efecto” (dirige la vista buscando lo que ha tirado) “medio-fin” (descubre estrategias para alcanzar objetos), como expresión de la adquisición de los conceptos básicos de espacio, tiempo y causalidad y el descubrimiento de un mundo basado en cierta leyes, en el cual esta inserto el niño como un objeto mas sometido a esas mismas leyes. Esta fase sensorimotriz del aprendizaje es la base del desarrollo intelectual no verbal. Al año de edad el niño reconoce objetos y los asocia con sus funciones, es decir comienza a usarlos funcionalmente -fase de juego funcional- como “herramientas”. El juego sirve como expresión de sus pensamientos y se hará especialmente importante en el siguiente etapa con el juego simbólico. Al final de este estadío se inicia en la capacidad de manejar signos o símbolos en lugar de los objetos a los cuales esos signos representan o función semiótica que le permite acceder al lenguaje.
    Bibliografía
    Piaget J. (1.964): Le developpment mental de l’enfant. In Six Etudes de Psychologie. Ginebra. Ed. Gouthier.